domingo, 15 de diciembre de 2019

Cortes, la bestia demoniaca. Parte I

Cuento Histórico

Parte I, El origen del mal

Si Satanas ha tenido un hijo, ese fue Cortes...

El dia de su nacimiento, el sol se rehuso a aparecer, el cielo negro rugia en dolor, una tormenta azotaba como latigo la tierra inerme, las gotas gigantescas, rasgaban el cielo, parecian las lagrimas de Dios, los arboles gritaban y las ramas se desgarraban en horror, poco a poco un fuerte hedor a azufre surgio en la casa de los Cortes, la bestia habia nacido.

Su misma concepcion habia sido polemica, el padre, un eunuco, habia estado ausente por meses, dedicado a su trabajo, comerciando con los arabes, las voces susurrantes de los vecinos lo acusaban de traidor, pero un traidor rico, vendia los secretos de su rey a muy buen precio; su madre, una ninfomana adoradora de satanas, realizaba aquelarres muy frecuentemente, esas demoniacas reuniones culminaron en un extraño embarazo, la noche de la concepcion, un fuego del infierno comenzo en el bosque, justo a la medianoche, las llamas propagaron un raro olor a azufre, avanzando a una extraordinaria velocidad, casas y cosechas se perdieron, el bosque era una llama unica, roja, demoniaca, inextinguible, una tormenta de llamas que duro por una semana.

El bebe fue alimentado con sangre, fresca, recien extraida por su madre, en incursiones nocturnas, en que le arrebaaba la vida a los niños de sus vecinos, una generacion completa de infantes  medellinenses fue devorada por los gusanos, extinguida la sangre de sus venas por la Bruja.

La sola vista del niño creaba terror, en sus primeros años su cuerpo no parecia humano, la piel rojiza no era de este mundo, tenia la textura de la serpiente, un olor acre, muy penetrante, que impregana su casa y los alrededores, aun en el entronque del camino entre su casa y el pueblo; oir su voz creaba una profunda angustia entre quienes tenian la mala suerte de escucharla, los niños se enfermaban solo con tenerlo cerca.

Según fue creciendo, fue asimilando mas la figura humana, aunque de alguna forma, algo se esntia extraño, no podia pasar desapercibido, aun de espaldas, se sentia su prescencia, un escalofrio sobrenatural se apoderaba del cuerpo, sus juegos eran intimidantes, pobre del animal que cayera en sus manos, destrozados con sus propia manos, que quedaban asquerosamente llenas de sangre, de entrañas, su cara llena de satisfaccion, perros, gatos, gallinas, desaparecian de las casas de los vecinos, las aves rehusaban acercarse a los arboles de su casa, que por otro lado, estaban llenos de asquerosos gusanos, enormes insectos y animales invisibles, que solo podian adivinarse, por sus horribles aullidos en la noche.

Su malvada mirada intimidaba a los habitantes, solo el solicitante sacerdote local podia tolerarla,  porque era otro servidor de Satan, su Iglesia pueblerina se habia convertido en un templo de la infamia y la corrupcion, en ella se educaba en la infamia y lo soez, la asquerosa corrupcion del cuerpo del sacerdote solo se podia emparejar con la peste del niño.